miércoles, 11 de noviembre de 2015

Blanco sobre blanco o color luz rayos de sol

Tantos años hablando y escribiendo sobre vinos hace que nos centremos en unos adjetivos bastante concretos, sobre todo al describir un vino blanco joven seco. Las notas de cata suelen ser del tipo amarillo claro, pálido, intenso, pajizo, amarillo limón, lima, dorado, toques verdes en el menisco y cosas así. Para ciertos vinos muy dulces o con madera o generosos la gama se amplia hacia los tonos dorados intensos hasta el color ámbar más profundo e incluso gamas de marrones.

buscando inspiración en la Naturaleza


color rayos de sol, luminoso
Pero el otro día, disfrutando de este "Veranillo de San Martín" que nos ha regalado noviembre, estaba tomando un vino blanco seco sin madera, al aire libre, y descubrí un nuevo tono de amarillo para describir ese chardonnay que estaba disfrutando. La claridad del cielo y la intensidad del sol hizo que los rayos traspasaran la copa y el amarillo limón se convirtiera en amarillo rayos de sol, brillante, reluciente, limipio, con luz, con intensidad, con destellos dorados, con irisaciones verdosas, con reflejos del verde que me rodeaba.

blanco sobre blanco
Con esta anécdota quiero explicar que a la hora de describir el aspecto de un vino hay muchos factores que influyen; y uno muy importante es el lugar, la luz y el fondo sobre el que exponemos el vino. Porque lo primero que se aprende en un curso de vinos es que para valorar el color hay que poner la copa sobre fondo blanco, limpio y entornando ligeramente la copa hacia una luz para apreciar bien todos los matices desde el fondo al menisco.

Ahí es cuando empieza "la aventura" y la pericia de cada cúal para buscar adjetivos y sustantivos que describan de una manera acertada el vino en cuestión.

¿Y tú, cómo hablas de los vinos? ¿Eres poeta? ¿Eres literato? ¿Eres un verso libre?. Seas cómo seas estará bien, siempre que disfrutes del VINO.

¡SALUD!