viernes, 20 de abril de 2012

Vida: semejanzas entre personas y vinos

Recientemente tuiteé El #vino debe ser explicado para comprenderlo. Luego ya dirás si te gusta o no. El vino es como las personas, con el tiempo se les conoce. Wine must be explained to be understood.Then,you will tell whether you like it or not.#Wine is like people, you need time to know them well  y me llevó a recordar que hace muchos años ya encontraba  semejanzas entre el vino y la  persona. Tal vez, fueran las primeras notas de cata que leí y que parecían  más bien un retrato literario que una mera descripción de una bebida hecha con uva.

Y claro, desde el nacimiento hasta el final, el vino y la persona nacen, se doman, se forman, se alimentan, se visten, se limpian, se pulen, se afinan (o no), se educan, se crían, maduran. Unos envejecen unos bien y otros mal y, al final, terminan muriendo. En definitiva VIVEN. Por eso, el paso del tiempo define como son. Algo que he aprendido con el paso de los años es a comprender que las primeras impresiones dan pistas pero no siempre son las verdaderas y únicas. Por eso, hay cosas que explicar para comprender, hay que dar tiempo a abrirse y no juzgar por la primera impresión. ¿Quien no ha abierto una botella de vino y ha cambiado de opinión entre el primer sorbo y el último ? ¿Quien no ha conocido a una persona y ha cambiado de opinión al cabo de un tiempo?

Ambos, vino y persona, son seres vivos y como tales en su juventud pueden ser impetuosos, amables, potentes, toscos, descarados y llegan a la rebeldía o a la dulzura, muchos llegan al equilibrio entre la juventud y lo maduro para entregar lo mejor de estas edades. Unos nos hacen reír, otros llorar, unos nos evocan y recuerdan lugares y gente, mientras otros nos invitan al recogimiento del hogar.

Los hay que nos hacen hablar, otros nos hacen escuchar. Otros nos invitan a comer y dormir. Pero también los hay solo para la fiesta y la diversión. Los hay claros y oscuros, fuertes y ligeros, secos y dulces, con chispa o planos, unos son del norte y otros del sur, unos vienen del frío y otros del calor. Seguro que, como a mí, os han venido a la mente personas y vinos diversos. Ahí está la magia de la diferencia y de saber vivirla disfrutándola.