A
lo largo de los siglos, pueblos como los babilonios, sumerios, fenicios,
egipcios, griegos, etruscos, romanos, íberos… contribuyeron de alguna manera al
nacimiento y desarrollo de nuestra alimentación en cuya base se encuentran el
olivo, los cereales y la vid, es decir el ACEITE, el PAN y el VINO.
Es
importante destacar que uno de los pilares para la aparición y desarrollo de
una gran civilización es la alimentación, por eso no podemos olvidar
que sin nutrientes óptimos el ser humano no hubiera sido capaz de vivir,
desarrollarse y sobrevivir para construir sus cabañas, cobijos, casas y
edificios, o viajar con carros y barcos permitiendo a los fenicios su expansión
mediterránea, la construcción de grandes monumentos egipcios y sus pirámides; la
creación del arte, el pensamiento y el razonamiento de los filósofos griegos; la
conquista de los romanos y su vasto imperio o los monjes de los monasterios
medievales y sus manuscritos. Nuestra Historia está llena de ejemplos.
Dicho
esto, las diferentes Civilizaciones y Culturas Mediterráneas no habrían sido posibles
sin la aportación y desarrollo de sus cultivos básicos: el OLIVO, el CEREAL y la VID convertidos
en aceite, pan y vino que hoy, miles de años después seguimos disfrutando de
mil maneras.